¿Por qué es tan difícil trabajar bien o agusto?
A fecha de hoy, estás leyendo lo que para mi es la única forma de escapar de un día de hasta los mismos coj****.
Y no te voy a negar que creo que hoy me voy a quedar muy agusto escribiendo un artículo en el que voy a dejar plasmado lo horrible que es trabajar con gente que no es capaz de trabajar con otras personas.
Esa gente que aplica el despotismo en su día a día creyéndose con el derecho a decir o hacer aquello que les apetezca por el hecho de pagar mucho o poco.
Y es curioso porque muchas veces esa gente que es déspota con otros encima paga mal, tarde y poco.
Dónde está el problema: el saber y la experiencia
Analizando fríamente la situación, creo que este tipo de «gente» tiene una serie de características que son comunes y que vienen a ser la antesala de esta dinámica.
La primera de ellas, bajo mi experiencia es la ignorancia.
Sí, han leído cuatro artículos sobre marketing y tres vídeos en YouTube y ya se creen con el suficiente argumento para decir «que saben» lo que no han probado en su vida.
Pero los hay peores. Aquellos que han hecho un curso o una formación relacionada, en mi caso, con marketing y creen que saben de todo cuando no han hecho ni un solo experimento, no han subido un artículo a un blog o no saben el término «esfuerzo».
Y de ello, deriva la segunda característica: la nula experiencia.
No hay peor cosa en la vida que creerte que sabes hacer algo cuando no tienes experiencia. Dejemos a aquellos que saben cuáles son los puntos clave para que una compañía crezca.
¿Y sabes lo mejor de todo?
Que la mayoría de las veces, este tipo de perfiles suelen responder con emails que no guían a los técnicos/proveedores/mandos inferiores en una dirección. ¿Sabes por qué?
Porque no saben. Y no quieren moverse de su posición. Perfil cómodo tocando los eggs.
Es como suele decir el refranero español: «ni come ni deja comer».
¿Cómo gestionar la situación?
Pues la verdad es que hoy yo la estoy gestionando escribiendo este artículo. Otros días diría que te vayas a tomar un café o una tila.
Cualquiera de las ellas son totalmente válidas y tengo que decir que, según el momento en el que me pillen, las gestiono o bien o mal. 50%, 50%.
Si te sirve de alguna forma un consejo que me he grabado a fuego es que «la forma de gestionarlo como tú consideres es totalmente válida». Eso sí, antes de tomar decisiones como dar carpetazo a un proyecto, piensa esto:
¿Es tan importante quemarte hoy por un cliente y que afecte al resto?
Si acabas de responder que no (como acabo de hacer yo), es hora de pedirte ese café que hablamos unos párrafos más atrás.