Mi opinión personal de lo que la sociedad y las empresas tienen encima
Hacía meses que no pasaba a escribir por aquí. Diría que al menos han pasado 3/4 meses. ¡Cuánto tiempo!
Por un lado, lo echaba de menos pero en realidad mentiría. Estos meses atrás no tenía nada que aportar más que trabajar, trabajar y seguir trabajando. Han sido meses muy intensos que si quieres lo tratamos en otro artículo. Hoy nos centramos en el teletrabajo.
Te preguntarás a qué viene que de repente hable del teletrabajo.
Pues bien, llevo viendo cómo semana tras semana, el mercado laboral se deteriora a izquierda y derecha. Cómo las empresas digitales y tecnológicas han decidido echar a gente para mejorar sus cuentas de resultados. Cómo el sector ha cambiado de una tendencia alcista a una tendencia decreciente. Y todo está cambiando…
Es evidentemente que las pérdidas en los valores en bolsa de estas empresas, obligan a éstas a que tomen medidas para «garantizar» su futuro. Sólo hay que ver el caso en boca de todos: Twitter.
Twitter es el ejemplo perfecto
Desde que llegó Elon Musk a las oficinas de Twitter con un lavabo entre las manos todo ha cambiado. (Literal. Te dejo a continuación la publicación).
Aprovecho para hacer un comentario personal. Creo que no puede existir menos elegancia al entrar en una compañía.
Comentarios a parte, me centro en lo importante: por qué Twitter es el ejemplo perfecto.
Digamos que la empresa americana del pájaro azul ha vuelto al siglo XIX. Y sí, no digo al XX, digo al XIX. Y por un sencillo motivo: se ha prohibido el teletrabajo y las jornadas se van a extender más allá de «lo normal».
¿Quién cree en su sano juicio que esto va ayudar a la compañía en convertirse en el lugar idóneo para la información veraz y de calidad? (Algo así ha comentado Elon como objetivo de su compra de Twitter.)
Seamos serios. Esas decisiones no van a favor del trabajador sino a favor de los inversores. Buscan decir a aquellos que prestan dinero: «mis trabajadores van a sangrar lo que haga falta y vuestro dinero está a salvo».
Una visión que choca frontalmente con el diseño actual del mercado laboral que pone al trabajador en el centro de las empresas. Todo lo controla. Él mismo es capaz de tomar decisiones que hagan girar la cuenta de resultados de un lado a otro sin importar un carajo lo que opine el empresario.
En mi opinión, no podemos dejar de contar con el trabajador porque es la parte más importante del proceso empresarial en la época que vivimos. ¿El trabajador y el teletrabajo? Hay que equilibrarlos.
Teletrabajo: el sentido común de los implicados
Seamos claros. Empresa que tenga opciones de que sus empleados puedan trabajar en remoto, debe aplicarlo en su justa medida.
Antes de entrar en cómo y por qué, te contaré mi experiencia personal.
Desde que estalló la pandemia, mi oficina ha sido mi casa. De hecho, estuve los dos primeros años desde que nos obligaron a confinarnos trabajando desde casa.
Poco a poco volví a la oficina hasta que dí el salto a la agencia de marketing y de ahí teletrabajo 100% de nuevo.
Mi opinión sobre el teletrabajo es que no es una buena fórmula si el empresario/trabajador no saben equilibrar. Obligar a un empleado a quedarse en casa a trabajar sí o sí es lo mismo que obligarle a ir a la oficina.
Sin embargo, es la primera vez en la historia que muchos trabajos nos permiten ser realizados desde casa. No darle a un trabajador esa facilidad por cabezonería hace que indirectamente ya haya un motivo de confrontación con el empresario.
Hay multitud de razones que son buenas tanto para uno como para otro el aceptar este modelo de empleo. Aquí van algunas:
- Ayuda a que el empleado se sienta escuchado. El teletrabajo es en sí mismo una herramienta de mejora de la calidad de vida. Debe reducir el estrés y tiene que ayudar a mejorar los procesos.
- Ahorro de costes para las empresas. Menos oficinas, menos luz, gas, agua…menos de todo.
- Más digitalización y más control de la información. ¿Has oído eso de que todo lo que se hace en la red deja rastro?
Hay muchas más pero no se trata este artículo de enumerarlas. Se trata de hacer entender a aquellos que están retirando el teletrabajo de sus empresas de que van en la dirección contraria. Van justo al revés de hecho. (Y todo porque las acciones de estas grandes compañías caen en picado desde hace meses).
El talento huye de la presión de un puesto que te obligue a calentar la silla. Cuando en una tarea tardas 3 min pero te obligan a hacerla en 15 min no estás siendo productivo y eso es el verdadero problema.
Mi opinión personal del teletrabajo
Ya te he anticipado parte de mi experiencia. Quizá lo que te falta para completar el puzzle es que ahora, mi responsabilidad, me obliga a estar precisamente más cerca del empresario y más lejos del trabajador.
Pero eso no me quita de saber que tengo una gran responsabilidad de equilibrar las fuerzas para que la compañía siga estándo compuesta de gente feliz generando ingresos/beneficios.
Dicho todo esto, creo que el equilibrio para que el teletrabajo tenga sentido parte de no perder el sentido de «equipo». Es lo más complicado cuando todo el mundo teletrabaja.
Si todo el mundo se siente partícipe de un algo, eso ayuda a entender por qué como equipo puedes o no puedes hacer ciertas cosas.
Te seré sincero…a la gente que yo coordino en la agencia me da igual que se vayan 1 hora a tomar café. No necesito controlar el tiempo de descanso. Lo que necesito es tener la tranquilidad de que si se van 1 hora a tomar un café -porque ha surgido algo que les ha variado la rutina-, van a sacar el trabajo pedido ese día adelante. (Y si implica echar una hora extra tendrá que hacerse).
Pd: tampoco soy de los que pone 200 tareas sabiendo que no vamos a llegar en 8 horas de jornada laboral.
Todo es una relación de equilibrio. Todo puede equlibrarse.
Si al sentimiento de equipo le sumas el sentimiento de la responsabilidad de sacar adelante tu trabajo; el teletrabajo es simplemente un modelo más.
Como cierre te contaré un secreto…para mi el teletrabajo no fue una opción fue una obligación.
Odio estar toda la semana teletrabajando cuando veo que vivo, trabajo, duermo en mi casa.
Ese es el problema. La falta de equilibrio.
Yo he conseguido tener un equilibrio perfecto. Unos días voy a un coworking, otros teletrabajo y los días que son necesarios, a la oficina. ¿Y sabes qué? Vivo feliz. ☺️🥰